Obra: Pareja de ancianos (Burgos); material: bronce; autor: Ángel Gil; año 2009
Frente a la iglesia de la Divina Pastora y muy cerca de un alojamiento para peregrinos, está colocada ésta estatua que representa a una pareja de ancianos. Es una obra protagonizada por un tema cotidiano, popular… En los pueblos, los abuelos permanecían sentados en un banco de madera o piedra dispuesto en las entradas de las casas, viendo pasar la vida mientras ellos ejercían un descanso merecido de la suya.
Hoy me gustaría compartir ésta obra contigo, caminante, por dos razones fundamentales: el título de ésta entrada en el blog (que podría ser, perfectamente, el de un manual de autoayuda) y los proyectos que hacemos en la vida.
No sé cuál es la etapa de tu vida en la que te encuentras en este momento, pero sea cual sea, seguro que te has puesto a planificar, pensar y repensar tus acciones y consecuencias, tus proyectos, tus objetivos y metas… A lo mejor, ahora no eres del todo consciente, sin embargo, los pasos del camino también forman parte de esa planificación, o has realizado una revisión de tu vida en el mismo caminar… En cualquier caso, seguro que buscas esa “vida lograda” de la que presumen las estanterías de algunas librerías.
A diferencia de nuestros abuelos, tu sociedad y la mía es más adicta a coleccionar momentos y experiencias, dejando de lado la paciencia necesaria para construir un proyecto de vida interesante (no perfecto o siempre “happy”). Los abuelos lo saben: incluso la escultura que hoy te comparto también es consciente. Porque, aún conociendo las durezas del caminar, los sinsabores de la vida, miran complacientes: él con la paciencia de quien puede sentarse apoyando las manos en un bastón; ella, con la mirada del corazón que le permite seguir tejiendo mientras escucha a los que pasan por su vera.
Seguro que, si pasas a su lado, te apetecería sentarte con ellos y contarles tu vida. Eso pasa siempre con los abuelos. Eso pasa siempre con quien te conoce desde el corazón.
Si ellos, con todo lo que han pasado, han sabido mantener la fe en Jesús de Nazaret, le han ofrecido un lugar en su vida, en sus casas, en su caminar…
¿Qué lugar estás dispuesto a ofrecerle tú, si él también te conoce desde el corazón? ¿Quieres una vida lograda de estantería de librería o una vida con un proyecto interesante porque le sigues a él?
Fátima Noya Varela