En éste tiempo de Pascua («paso»), quiero comenzar mis publicaciones compartiendo con vosotros dos obras musicales:
1) la de la secuencia del Domingo de Pascua (y de toda su octava), Victimae Paschali Laudes (“Ofrezcan los cristianos”), sin duda una de las piezas gregorianas más importantes para este tiempo litúrgico.
La composición se atribuye a Wipo de Borgoña, un monje del siglo XI, aunque no se sabe con certeza quién fue su autor. Dado que es una secuencia, se canta (o se proclama) antes del Evangelio. Actualmente, encontramos cuatro secuencias, de las que dos son obligatorias: “Victimae Paschali laudes” para Pascua y “Veni sancte spiritu” para Pentecostés; y dos opcionales: “Lauda Sion” para el Corpus y “Stabat Mater” para el 15 de septiembre (memoria de la Virgen de los Dolores).