En mi primera publicación de ésta página, allá por el mes de abril, os hablé acerca de las Secuencias, esos poemas que se cantan antes del Evangelio. A día de hoy la Iglesia mantiene dos secuencias obligatorias y dos opcionales. Hoy nos centraremos en una de esas opcionales: el “Stabat Mater”, secuencia optativa para el 15 de septiembre, memoria de Nuestra Señora de los Dolores.
La Virgen de los Dolores (también conocida como Virgen de la Piedad, Virgen de las Angustias o La Dolorosa) es una advocación de la Virgen María que destaca el sentimiento de dolor de la madre ante el sufrimiento de su hijo. Los “siete dolores” hacen referencia a los siete episodios de la vida de Jesús que, según lo relatado por los Evangelios, hicieron sufrir a María. Esta devoción se desarrolló en el siglo XI en Florencia, donde en 1239 una Orden de frailes Siervos de María fijó la fiesta el 15 de septiembre.
El Stabat Mater es atribuido al Papa Inocencio III y al franciscano Jacopone da Todi y data del siglo XIII. En concreto, el texto de la pieza habla del sufrimiento de María durante la crucifixión de su hijo. Sobre este mismo canto os propondré dos versiones: por un lado el Stabat Mater gregoriano, y otra versión más reciente y que a día de hoy es la más conocida e interpretada de las basadas en este gregoriano:
el Stabat Mater de G. B. Pergolesi
Mencionaros también otros autores que han compuesto obras sobre este texto: Palestrina, Josquin Desprez, Haydn, L. Perosi, F. Liszt …
Dado que ambas versiones son un poco largas, os propongo que dediquéis un poco de vuestro tiempo a disfrutar de la magia de ésta música mientras os ayuda a meditar sobre el sufrimiento de María, pero también sobre el sufrimiento que toda madre siente por sus hijos.
Adrián Regueiro García