Santo Domingo: el rosario de la vida

Caminando por la Calle Real de Castrojeriz nos encontramos con la iglesia de Santo Domingo. Esta edificación es de estilo gótico y aunque sus bóvedas son del siglo XVIII, se hicieron con unos patrones antiguos. Anteriormente tenía un alfarje mudéjar que recubría sus techos. Este fue sustituido por el actual abovedamiento de piedra.

Lo mas bello que posee este templo es sin duda la portada de estilo gótico plateresco español.

Sin embargo, seguramente lo más bello de la vida de santo Domingo fue su relación con la Virgen María, a la que él nos invita. Cuentan los biógrafos del santo que un día, con temor, levanta la vista y percibe la imagen de una mujer vestida de blanco con una capa de azul intenso. En sus manos porta un rosario. Y le enseña cómo utilizarlo. Domingo la reconoce:

– ¡Eres María! Tú has venido en mi ayuda.
– Usa tu sabiduría para que la gente y los que dudan de la fe crean en mi hijo Jesús. Sólo lograrás conversiones si llevas una vida de oración y de humildad.

La Virgen da la mayor lección del Evangelio que Domingo ha recibido hasta ahora. Le recuerda los momentos mas importantes de la vida de Cristo, desde la Anunciación hasta su Ascensión. Y le anima a que aproveche el poder de la oración y a no olvidar de rezar nunca el rosario.

Rezar el rosario es insertar el misterio de Cristo en el camino de la vida, teniendo como telón de fondo el amor maternal de María. Esto cambió a Domingo y le transformó: “No puede ser que Cristo sufra hambre en los pobres mientras yo guarde en mi casa algo con lo cual pueda socorrerlos”.

Fernando Cordero Morales ss.cc

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