En el Camino reflexionamos sobre el sentido de la vida, nuestros ideales, la fe. Alguien que se distinguió por unir la razón a la fe fue el gran santo Tomás de Aquino, a quienes sus jóvenes compañeros lo llamaban el “buey mudo”. Un día san Alberto Magno cogió sus apuntes, al leerlos, dijo a los estudiantes: “Vosotros lo llamáis el buey mudo. Pero este buey llenará un día con sus mugidos el mundo entero”.
Al finalizar sus días, le fue concedida una profunda experiencia de Dios. Ante este hecho, el santo le pide permiso a su superior para quemar todos sus escritos: todo lo que había escrito lo consideraba como paja comparado con lo poco que vio del Cielo.
Todas estas reflexiones pueden llevarnos al sencillo pero hermoso templo que fue erigido entre los siglos XVI y XVII en honor de Santo Tomas de Aquino en Moratinos (Palencia). Esta construida en ladrillo, de una sola nave, con cubierta plana y cúpula rebajada sobre el presbiterio. Allí podemos rezar con estas palabras del santo:
“Tratad a los demás como deseáis que los demás os traten a vosotros”. Buen consejo.
Fernando Cordero Morales ss.cc.