Comienza el Evangelio
32. Nueva Tierra
Tema publicado con la autorización de «Ixcís»
«Yo vi un cielo nuevo y una tierra nueva…» (Ap 21,1 )
La meta no es el final sino la constatación amable de que nuestros sueños, amasados con ahínco, consiguen la mayoría de las veces lo que se proponen. Pero si nos empinamos, emergen radiantes otros horizontes, otros retos por conquistar. Y aparecen caminos nuevos o tal vez el de siempre, pero para recorrerlos de un modo distinto.
Queda tarea por delante. Atrás quedaron los individualismos, es tiempo de caminar juntos. Con la pasión del profeta y la convicción del testigo. Felices de entregar gratis algo de lo mucho recibido.
«Ser forjadores de paz. Buscadores de entendimientos. Ser «Shalom» en medio de violencias y enfrentamientos. Ser puerta de esperanza para todos, con mayúsculas… Que la oscuridad que te encuentres nunca pueda con la luz que llevas dentro. A pesar de que muchos intentarán apagarla, tú… sigue alumbrando.» (Fermín Negre.»Muéveme». Sal Terrae.)
MARANATHÁ, ven Señor Jesús y tráenos contigo tu Reino de libertad, justicia y fraternidad. La Tierra Nueva que está llena de tu vida y de tu paz.
Susana Melero Leal
Conmigo lo hicisteis
San Martín del Camino, arte en hospitalidad
La iglesia de San Martín del Camino, de León, de humilde espadaña, está sumamente cuidada y con un retablo relativamente reciente, que preside un inmenso Cristo sobre un cuadro de tonos tenebrosos, a cuya izquierda se halla San Martín, el santo titular de la parroquia, montado a caballo y en actitud de cortar su capa para entregarla a quien la necesita.
En la población hay sendos albergues para peregrinos, uno público y otro privado. Es ésta una muestra de su tradicional hospitalidad. El catastro de Ensenada nos recuerda que en el siglo XVIII funcionaba un hospital que acogía a pobres, transeúntes y enfermos, a los que se les asistía con cama, lumbre, pan y manteca para hacer sopas.
¡Qué hermoso, en medio de nuestro caminar, encontrar lugares tan especializados en acoger, al estilo del gran Martín de Tours, el primer santo no mártir canonizado! Y es que la Caridad es, sin duda, la santidad con mayúsculas.
Fernando Cordero Morales, ss.cc.