Este mes quiero presentaros una pieza del Códice Calixtino, «O adiutor omnium”, la cual fue atribuida a un autor recurrente entre las piezas del citado manuscrito: se trata del obispo Atton de Troyes.
Este obispo, fue salvado por Santiago de un naufragio cuando regresaba de Jerusalén. Posteriormente, sabemos que se retiró a Cluny en 1145 y falleció en torno a ese mismo año.
Aunque las obras musicales son atribuidas a distintos autores, en el caso del obispo Atton de Troyes sí parece un autor fidedigno, y precisamente a él se han atribuido varias composiciones del Códice. Además, recordemos que el Códice fue probablemente compilado o escrito en Cluny en 1150.
La traducción del texto del «O adiutor omnium» es una petición de ayuda al Apóstol Santiago, al que denomina luz y protector de peregrinos, y a quien atribuye el hecho de apartarnos de nuestros pecados. Le pide a Santiago que rompa las cadenas de nuestros vicios y nos lleve a puerto de salvación. Sustento de los que están en peligro, aclamado por tierra y por mar, le pide ayuda ahora y en la hora de nuestra muerte.
Muchas veces, el Camino de Santiago también nos ayuda a apartarnos de los pecados y los vicios, de los caminos que no nos convienen. La Luz del Apóstol nos guía por el buen camino hasta su sepulcro, y su intercesión consigue que los peregrinos que acuden a su tumba lleguen sanos, salvos y «santos» hasta él.
Con la mirada puesta en el próximo Año Santo de 2021, pidamos al Apóstol Santiago que siga protegiendo a cuantos peregrinos vienen hasta su sepulcro, y que siga ayudando a cuantos acudimos a él pidiendo su ayuda.
Adrián Regueiro García