Tema publicado con la autorización de «Susana Melero»
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro respondió: «¡Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo!» (Mt 16, 15-16)
Cuántas veces, a lo largo del camino nos resuena esta pregunta en lo profundo… Conviene recordar, «pasar de nuevo por el corazón» el enamoramiento de la primera llamada y contemplar cómo prendió, iluminó y dio sentido al tramo recorrido.
¿Qué me queda hoy de todo eso?
¿Dónde te sitúo, Señor? ¿En el núcleo de mi existencia, dando vida y verdad a cuanto siento y emprendo o en la tibia periferia, donde coloco también las aficiones, tradiciones, costumbres…?
¿Mi fe de hoy es una fe de inercias y descubrimientos prestados o se amasa en el encuentro contigo? (Jn, 20) ¿Se agranda en los contratiempos o se proclama con la boca pequeña para «no herir la sensibilidad» de los que no la tienen?
¿Quién digo yo -con lo que vivo y lo que sueño- que eres Tú para mí?
Susana Melero Leal
Muchas gracias por tu post. Un cordial saludo.