Material: bronce y hierro; localización: Praza da Quintana (Santiago de Compostela); autor: Francisco Porto
“Una historia que contar, un mensaje que transmitir”, es el objetivo de las esculturas que realiza Francisco Porto. No es poco para una época en la que se privilegia el hoy, pues la historia es pasado y el mañana no lo podemos conocer; y los mensajes se simplifican hasta perder absolutamente el significado.
Los pies esculpidos en bronce se posan en una base cúbica de hierro en la que se puede leer la siguiente frase: Camino recto, camino erguido. Camino buscando un sentido. Camino porque tengo un objetivo. Caminaré hasta alcanzar mi destino.
Para leer toda la frase, tienes que rodear la escultura. ¿Te has parado a pensar que, muchas veces, únicamente miramos las esculturas desde su perspectiva frontal? Las esculturas de bulto redondo se han hecho para verlas en toda su amplitud, desde cualquier plano, incluso desde el aire; y cada una de las perspectivas te ofrecerá un matiz para comprender el significado.
El escultor nos obliga a caminar, para leer y para llevar a la vida el significado de su obra. Porque no solamente habla del hoy, sino también del mañana: has llegado a Santiago, estás a los pies de la catedral, pronto entrarás a visitar la tumba del Apóstol; sin embargo, mañana continúa tu vida aún sin saber qué va a suceder.
Caminar mañana es, también, confiar desde diferentes perspectivas. La confianza de las botas desgastadas; la de las huellas en la arena que desdibuja el mar; la confianza del sueño nocturno y la de quien se sienta a comer en el bar. Confiar y no dejar de caminar.
Los cristianos no podemos permitirnos vivir solamente en el hoy: nuestra fe viene del ayer en el que vivió el Apóstol; y el mañana que es la confianza en el Señor volverá por nosotros. Mientras, nos acompaña a cada paso.
Y a ti, ¿sólo te importará el hoy sin preocuparte de las perspectivas del ayer y del mañana? ¿Estás preparado para confiar en Jesús cada paso que das?
Fátima Noya Varela