Tema publicado con la autorización de Brotes de Olivo
«La vida te saca del camino y te presenta encrucijadas hasta que dejas de controlar y fluyes como un río … te asusta y sobresalta todas las veces que sean necesarias hasta que pierdes el miedo y recobras tu fe.» (Berth Hellinger)
Con las limitaciones del camino aparecen las sombras, aquello en lo que nos volvemos difíciles para nosotros mismos y los demás. Asoman también nuestras mayores debilidades y el enfado contra todo y contra todos cuando la realidad deja de ser amable. Y permitimos que nos crezca dentro todo aquello que vuelve la vida más triste; lo que hiere y no nos permite vivir de veras, impidiéndonos ser la mejor persona que podemos llegar a ser.
Y es que hemos puesto todo el acento en nuestros esfuerzos y, desde nuestra arrogancia, invitamos a Dios a que los contemple. Pero el esfuerzo tiene que ser otro: tenemos que ser espectadores de la obra de Dios en nuestra vida, dejarle SER QUIEN ES en nosotros y escuchar en lo íntimo aquéllo de «Te basta mi GRACIA».
Y acoger el único empeño fértil posible: el de la CONFIANZA.
«Y me contestó: Te basta mi Gracia; la fuerza se realiza en la debilidad … Por eso estoy contento con las debilidades … pues cuando soy débil, entonces soy fuerte.» (2Co 12)
Susana Melero Leal