Tema publicado con la autorización de Ixcís
«… prendado está el rey de tu belleza, póstrate ante él que él es tu señor.» (Sal 44, 11)
Qué importante es aquello de valorarse y quererse a uno mismo, hasta el punto de ser la referencia que el Maestro nos propone para querer al otro, ya que nadie puede amar ni valorar si primero no lo hace consigo.
Y, sin embargo, con cuánta frecuencia no sabemos apreciar en su justa medida nuestras capacidades y mucho menos cuidarlas y dejarlas desarrollarse en nuestras vidas, siendo como son el suelo firme desde el que nos vamos construyendo como personas.
Sabernos hechos a imagen y semejanza del Padre, sus hijos muy amados en los que se complace, nos invita a acogernos gozosamente con toda nuestra complejidad; con nuestras fortalezas y debilidades. Con su misma mirada que todo lo dignifica.
Susana Melero Leal