Tema publicado con la autorización de «Emilia Arija»
«En todo dad las gracias, porque esta es la Voluntad de Dios para vosotros». (1Te 5,8)
La maravilla del cuerpo, el calor de la familia, las risas de los niños, la alegría de los amigos, el olor de tu tierra, los encuentros, los abrazos, los proyectos y sueños compartidos…
Pero también, los errores que te hicieron más compasivo, los contratiempos que te volvieron resiliente, las heridas y decepciones que te dieron la oportunidad de perdonar.
En la vida hay que ser agradecidos, aprender a valorar lo que se tiene y a vivir desde la sencilla satisfacción de quien aprecia lo que encuentra.
Una sola palabra alcanza al pensamiento más alto, a la oración más excelsa: «GRACIAS».
Susana Melero Leal