Tema publicado con la autorización de «Brotes de Olivo»
Felices, desde la libertad que nace del desapego a las seguridades de una vida plana y previsible (Mt 6, 1-32).
Confiados, descansados en un Dios Padre-Madre que proveerá lo necesario cada día.
Comprometidos en la denuncia de las injusticias desde la mansedumbre y la humildad (Mt 11, 29).
Consagrados a la dignificación de los pobres desde una opción valiente por vivir con sencillez… (Mt 5,3).
Precursores de una humanidad nueva, las misioneras y misioneros transitan la tierra con paso ligero y huella profunda. Ponen carne y verdad a las palabras del profeta:
«¡Qué bellos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia la salvación y dice a Sión: «Ya reina tu Dios»!
Susana Melero Leal