Tema publicado con la autorización de «Manolo Copé»
«… Y a donde yo voy ya sabéis el camino». Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí». (Jn 14, 1-6)
No siempre caminamos, aunque se muevan nuestros pies. Hay senderos amables, adecuados en apariencia pero que se truncan o terminan en un punto y no nos conducen a ninguna parte. Y otros laberínticos que se agotan al recorrerlos, porque tampoco tienen puerta de salida. A veces transitamos también vías rápidas, muy amplias donde no pisamos el suelo y el sentido del viaje se pierde … Porque caminar es avanzar, con conciencia de cada paso y con un horizonte claro al que dirigirnos.
Pero Jesús nos saca de las ensoñaciones y despistes con una rotundidad aplastante. No lo muestra o lo relativiza: Él es el Camino. Estar con Él y en Él es garantía de seguridad. No nos perdemos si vamos por Él.
Tampoco nos dice la verdad; Él es la Verdad. Y hace nuestra vida auténtica si está presente en ella. Haciendo nuestra ésta afirmación caminaremos en la verdad («Todo el que es de la verdad escucha mi voz» Jn 18, 37)
Susana Melero Leal