Tema publicado con la autorización de «Padre Cristóbal Fones»
«Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros. ¡El Señor es nuestro Dios!« (Jos 24, ss)
Jesús de Nazaret se sabe pan. Se sabe alimento del mundo e intuye que esta elección radical, hecha de servicio y obediencia a la Voluntad del Padre, supondrá tarde o temprano una donación total.
Y «el discípulo no es más que el maestro», pero muchos no pueden con esto porque para la propuesta de Jesús no caben las rebajas ni respuestas de saldo. Sin embargo, no hay vuelta atrás para los que se abandonan en Él y la acogen. ¿Cómo elegir las sombras cuando se ha vivido a la luz radiante del mediodía?
También a nosotros se nos pide una definición clara: o creo o no creo. Tenemos que elegir en quién queremos poner la confianza plena.
Danos, Señor, capacidad de ver con los ojos del Espíritu, que no hay otro camino por donde transitar que el tuyo, porque sólo Tú, que eres la Vida, tienes palabras de vida.
Sendero firme, puerto seguro … ¡quién como Tú!
Susana Melero Leal