En este tiempo de Navidad, quiero proponeros la escucha del introito gregoriano compuesto para el inicio de la Misa del día, la tercera de las tres misas de Navidad: el canto Puer natus est. El texto de este gregoriano está sacado del profeta Isaías, allí donde anuncia el nacimiento de un “niño”, seguido del salmo 97. Sin embargo, a pesar de reconocer al profeta Isaías como creador de la letra, desconocemos la autoría de la melodía.
Lo tomó en brazos
Encontraréis un niño
33. Acógelo en tu vida
«He aquí que la virgen está encinta y dará a luz un hijo al que pondrán por nombre Enmanuel, Dios-con nosotros» (Is 7, 14)
Con la Navidad en puertas recuerdo aquel canto de mi infancia «Con vosotros está y no le conocéis…» No creo que Dios juegue con nosotros al escondite, pero algo debe haber de algún modo de esa sensación, que hasta a los discípulos generaba interrogantes: «Maestro, ¿cuándo te vimos…?(Mt 25), Y con aquel «Lo que hicísteis a cualquiera de mis hermanos más pequeños a mí me lo hicísteis», la respuesta de Jesús daba un salto cuántico por su inclusividad, integración y universalidad inusitadas. Es cierto que lo más difícil de encontrar no pocas veces lo llevamos dentro o está muy cerca de nosotros pero… ¿será que tenemos que encontrarlo entre todos?
Acogió María la Voluntad de Dios, tan contraria probablemente a sus planes. Acogió José a su mujer y al hijo de sus entrañas, movido por su bondad y el sostén de las palabras del ángel en sueños. Acogió Jesús de Nazaret a todas las personas excluidas que encontraba a su paso, su vida fue un canto de acogida. ¿Y la nuestra?¿Somos conscientes de que en cada ser que nos necesita Dios se hace presente?
Es tiempo de acoger. Al afín y al diferente; a lo que me cuadra y a lo que rompe mis esquemas. Porque me completa, haciéndome más humano y divino al mismo tiempo. Porque anticipa esa Humanidad nueva en la que «Dios será todo en todos» (1 Co, 15)
Acógelo en tu vida de a pie. Cuenta contigo y conmigo.
¡Viene a acompañar tu camino!
Susana Melero Leal
Hágase
San Lázaro y el verdadero camino
En Sarria, en la rúa do Porvir, conocida como calle de los anticuarios, a la altura del cruce de El Lázaro encontramos esta capilla construida en el siglo XVIII, que guarda en su interior imágenes del siglo XVI y XVII. A lado de la capilla hay un cruceiro y antaño había aquí un hospital de enfermos de lepra.
En el camino, necesitamos la amistad: la de Lázaro, María y Marta de Betania. Entrar en la capilla para estar con Jesús es cultivar la amistad con Él. Una amistad que necesita ser renovada y cuidada. En nuestro camino a Compostela, pararnos a orar, a sentir su Presencia nos ayuda en nuestra andadura, símbolo de lo que es la existencia humana: una necesidad vital de encontrarnos con Dios, si no, nos quedamos vacíos, sin rumbo, sin horizonte, sin saber a dónde ir.
San Lázaro de Betania, ayúdanos a descubrir el verdadero camino.
Fernando Cordero Morales, ss.cc.